Si un sistema alimentario es el conjunto de métodos, personas, entorno e instituciones que necesita un producto desde que se empieza a generar hasta que llega al consumidor, podemos decir que un sistema alimentario sostenible es cuando ese conjunto hace posible producir alimentos para la población actual garantizando la producción para futuras generaciones sin desaprovechar agua, terreno, trabajo, ni recursos.
La teoría es muy fácil, lo difícil es ponerlo en práctica. En el mundo hay muchos millones de personas que necesitan comer y la producción de alimentos
consume muchos recursos, como por ejemplo, agua, terrenos y energía. Y además
produce daños al medio ambiento con la emisión de gases a la atmósfera y erosionando
terrenos.
La FAO recomienda actuar a tres niveles:
- Gobiernos e instituciones: con políticas que favorezcan producciones sostenibles.
- Productores: aplicando sistemas productivos sostenibles.
- Consumidores: consumiendo productos que vengan de sistemas alimentarios sostenibles.
Un ejemplo de una actuación de este tipo es el sistema
VAC de Vietnam, que consiste en un estanque con peces y un establo o corral
cerca de la casa, y un huerto con cultivos que suministren alimentos a la
familia durante todo el año, tanto para su consumo como para la venta en los
mercados locales.
En este sistema el gobierno ha facilitado terrenos y
permisos a la familia; los productores aportan su trabajo y fertilizan la
huerta con los excrementos de los animales del corral; los consumidores están
informados de la importancia de consumir productos locales y producidos de
manera sostenible.
El resultado es, además de garantizar la producción para
futuras generaciones, el descenso en la malnutrición infantil y la mejora en la
salud de las mujeres en edad de ser madre.